martes, 14 de agosto de 2012

Ideología y partidos políticos en la España contemporánea. - Parte 11

En los artículos referentes a este epígrafe se intentará realizar un análisis dirigido al surgimiento y evolución de los partidos políticos en España hasta la configuración actual de los mismos. En este artículo veremos cómo el mapa político se reorganiza a lo largo de todo el período para satisfacer las demandas del nuevo sistema. La segunda experiencia republicana española adolecerá de todas las inconsistencias propias de la época que se irán cristalizando en la radicalización de las posturas políticas y que se mostrarán irreconciliables e, incluso, incompatibles dentro de este inestable sistema. A la larga, dichas posturas constituirán el germen de la futura Guerra Civil con la que se cierra el período.

Enlaces relacionados:
- La dictadura de Primo de Rivera.


 LA SEGUNDA REPÚBLICA 

Las elecciones municipales convocadas por el presidente del gobierno, el almirante Aznar, se celebran el 12 de abril de 1931 responden a dos conceptos muy distintos: por un lado, los monárquicos insisten en que tienen un carácter administrativo y por tanto unas elecciones apolíticas (únicamente para elegir a los representantes locales); por otra parte, las izquierdas intentan presentarlas como un plebiscito acerca de cuál era el sistema de gobierno que los españoles querían para su país (república o monarquía). De hecho, los republicanos llegaron a hacer una campaña de lo más extensa (para los estándares de la época) en este sentido. El resultado fue una auténtica sorpresa: en las ciudades más importantes del país triunfa ampliamente la candidatura republicana- socialista (de hecho, en 41 de las 50 capitales de provincia) mientras que las candidaturas monárquicas únicamente vencen en pequeñas ciudades y en el mundo rural. El sistema caciquil había colapsado y por primera vez en España el gobierno era derrotado en unas elecciones. Habían votado aquellas zonas en las que existía opinión pública y se habían pronunciado en contra de una monarquía que sólo estaba representada a nivel local por los caciques.

Alegoría de la Segunda República Española
Fuente: Wikimedia Commons / CC-BY-SA 1.0

Desde aquella tarde, empiezan a surgir manifestaciones exigiendo la república prácticamente en todas las ciudades. Ante estos acontecimientos, los monárquicos se dividen entre dos posiciones representadas respectivamente por Juan de la Cierva, que solicita la salida de la guardia civil para apaciguar todas esas manifestaciones, y por el conde de Romanones, quien al ver que la jefatura de la guardia civil no se decide a salir a la calle provocando una sangrienta represión opta por pedir al rey que abdicara de su puesto. El rey, ante el desarrollo de los acontecimientos, abandonó el país y suspendió el ejercicio de la potestad real. La caída de la monarquía se produjo porque sus representantes se habían identificado en un determinado momento con todo lo que el país consideraba caduco.

El 14 de abril de 1931 se proclama la Segunda República.


 BIENIO REFORMISTA 

La República comienza con la práctica desaparición de los partidos monárquicos y con los firmantes del Pacto de San Sebastián contra la Monarquía que se erigen en Comité Revolucionario. Para preparar un nuevo marco político era necesario la formación de un gobierno provisional, el presidente del mismo será Niceto Alcalá-Zamora y su programa está basado en el programa del Pacto de San Sebastián (reforma agraria, libertad de cultos...). El Gobierno Provisional convocó inmediatamente Cortes Constituyentes para redactar una nueva constitución, esas Cortes serían elegidas a través del sufragio universal de los varones mayores de 23 años. Las elecciones fueron convocadas para el día 28 de Junio.

Composición de las Cortes Constituyentes tras las elecciones legislativas de 28 de junio de 1931 

El parlamento resultante de las Elecciones a Cortes Constituyentes de 28 de junio de 1931 tuvo por misión la de elaborar y aprobar una Constitución el día 9 de diciembre del mismo año. La Constitución de la Segunda República Española supuso un avance notable en el reconocimiento y defensa de los derechos humanos y en la organización democrática del Estado: recogió la protección de derechos y libertades individuales y sociales y amplió el derecho de sufragio a los ciudadanos de ambos sexos mayores de 23 años. Entre las principales características de la Constitución de 1931 podemos destacar:



PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES
-   España es una República de Trabajadores (igualdad ante la ley)
-   Soberanía Popular
DERECHOS CONSTITUCIONALES
Explicita los derechos del ciudadano
RELIGIÓN
Estado Laico (separación Iglesia - Estado)

PODER LEGISLATIVO
-   CÁMARA ÚNICA: PARLAMENTO
-   Sufragio Universal masculino y femenino

PODER EJECUTIVO
-   República unitaria
-   Presidente electo controlado por el Parlamento
PODER JUDICIAL
Unidad Leyes
ADMINISTRACIÓN LOCAL
Elección popular



Esquema Constitución 1931


Formado el 15 de diciembre de 1931, tras aprobarse la Constitución de 1931, el Bienio Reformista constituye una etapa dirigida por un gobierno de coalición de republicanos de izquierda y de socialistas presidido por Manuel Azaña, y con Niceto Alcalá-Zamora como presidente de la República. En sus primeras medidas intentan arreglar lo que consideraban los grandes problemas anteriores de España coincidiendo con la ideología que estos partidos representaban. Entre ellas se pueden destacar estas áreas:

1.   Agricultura: la Ley de Reforma Agraria preveía la expropiación de grandes fincas no cultivadas directamente por sus dueños, tierras incultas... Para ello se creó el Instituto para la Reforma Agraria. El I.R.A. confiscaba las tierras y las pasaba a las Juntas Provinciales y éstas a los campesinos que previamente habían decidido sobre su explotación individual o colectiva.
2.   Regionalismo: se adecuó el Estatuto de Cataluña a la Constitución de 1931 y se aprobó (no sin oposición) el 9 de septiembre de 1932. Esto convirtió a Cataluña en región autónoma y sirvió de apoyo a otros regionalismos.
3.   La cuestión militar: Azaña lleva a cabo una reforma en profundidad del Ejército para hacerlo más eficaz y moderno y para someterlo al poder civil. Para ello, tomó dos medidas: una, obligando a los oficiales a jurar la bandera republicana, y otra, ofrecerles el retiro cobrando el sueldo íntegro. Con la primera se garantizaba el apoyo del estamento militar, con la segunda acababa con el problema de macrocefalia (un exceso de oficiales arrastrado desde la época primorriverista). Muchos militares se acogieron. Estas dos medidas fueron acompañadas del cierre de la Academia Militar de Zaragoza, que sacaba todos los años todavía más promociones de oficiales.
4.   Educativo-social: en dos años se abren miles de escuelas, más que en los treinta de monarquía alfonsina. Los objetivos prioritarios fueron acabar con el analfabetismo y promover la enseñanza laica. La gran renovación pedagógica que acompañó esta reforma introdujo importantes novedades,  entre  ellas,  las aulas  mixtas. 


Niceto Alcalá-Zamora (1931)
Fuente: Bundesarchiv, Bild 102-12783 / CC-BY-SA

Ante el descalabro de las elecciones donde las izquierdas obtuvieron una fácil victoria, la derecha y el catolicismo político organizaron en poco tiempo un partido político que representara sus intereses y al que bautizaron como Acción Nacional y que constituiría el núcleo de la futura Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA). De esta forma, se genera un nuevo mapa político que se completaría con el único diputado monárquico, el conde de Romanones, y que tendría el siguiente esquema:

A partir de 1932, el gobierno azañista tendría que hacer frente a tres tipos de oposición:
  
  1. La derecha política: que aprovecha el anticlericalismo de algunas medidas para que se le una el movimiento católico dentro de sus esferas políticas formando una nueva coalición, la CEDA (que surge a principios de 1933), cuyo líder será José María Gil-Robles.
  2. El centro político: La oposición centrista está representada sobre todo por el Partido Radical de Alejandro Lerroux, desvinculado de los socialistas, y que practica obstruccionismo parlamentario.
  3. La izquierda: El gobierno de Azaña recibe la oposición de quienes son aún más radicales que ellos. Este es el caso de sindicatos como la CNT que resurge tras haber sido prohibida durante la dictadura de Primo de Rivera. En la época estaba compuesta sobre todo por faistas (anarquistas) y socialistas terceristas (partidarios de abandonar la II Internacional para ingresar en la III Internacional).
El papel del gobierno en la represión de los motines campesinos añadió un factor más al descontento popular, que se unía al de la esfera política. En septiembre de 1933, Azaña tuvo que dimitir como consecuencia de las desavenencias políticas entre los partidos que le apoyaban (PSOE, Izquierda Republicana y Partido Radical) a propósito de los hechos de Casas Viejas, y de su incompatibilidad con el presidente de la República, Alcalá-Zamora. Ante las dificultades de  formar un nuevo gobierno, Alcalá-Zamora disolvió las Cortes y convocó elecciones para el 19 de noviembre.

 BIENIO CONSERVADOR 

Las nuevas elecciones muestran un panorama radicalmente distinto al de dos años antes. Con una derecha organizada, y aglutinada en torno a la CEDA y con una izquierda dividida y recibiendo la contracampaña de la CNT, el resultado no podía ser otro que el hundimiento de las izquierdas dejando como victoriosos al centro político del Partido Radical y a la CEDA como el gran partido de derechas.

Tras las elecciones, las primeras en que participan las mujeres; a la CEDA no se le encarga formar gobierno (a pesar de haber sido la fuerza que consigue más diputados) al no haber hecho pública su adhesión a la República. A quien sí se le encarga formar gobierno es al Partido Radical, que procede desde un primer momento a tratar de derogar la legislación republicana anterior y eliminar a todos los concejales y alcaldes de izquierdas. Esta labor se centra en:

  1. Agricultura: Paralizar la Reforma Agraria.
  2. Regionalismo: Se vacía de contenido al estatuto de Cataluña.
  3. La cuestión militar: Se devuelve el poder a los militares reaccionarios y se reabre la Academia Militar de Zaragoza (de la que el general Franco era el director).
  4. La cuestión educativa-social: se paraliza el plan de educación y de creación de escuelas.
El gran problema acontece cuando la CEDA quiere introducir en el ejecutivo radical a tres ministros procedentes de sus filas, a lo que se oponen los partidos izquierdistas porque temían el auge del fascismo y su posible entrada en España. Una campaña de huelgas por todo el país daría paso a alzamientos armados de gravedad en Asturias y Cataluña. En algunos puntos localizados de las áreas latifundistas el levantamiento armado revistió también extrema violencia. El gobierno se ve obligado a enviar al ejército traído desde África y dirigido por el general Franco para sofocar la rebelión.

Tras estos hechos, la CEDA se configura como fuerza dominante: se castigaron a los responsables de  la sublevación, se suspendió el estatuto de autonomía catalán, militares famosos de dudosa lealtad republicana fueron ascendidos (como Fanjul, Goded o Franco) que en parte serían los protagonistas del alzamiento contra la República del 36 y que desembocaría en la Guerra Civil. Se llegó a barajar también la posibilidad de reformar la Constitución de 1931.

Alejandro Lerroux (1931)
Fuente: Bibliothèque nationale de France

El escándalo del caso del estraperlo supuso la puntilla para un gobierno débil tras la salida de Lerroux (el Partido Radical estuvo salpicado con la mancha de la corrupción). Este caso puso punto y final al Bienio Conservador tras la convocatoria de elecciones para febrero de 1936.

 EL GOBIERNO DEL FRENTE POPULAR 

Manuel Azaña, tras los sucesos de la revolución de 1934 (por los que había sido encarcelado) y conocedor de los fallos izquierdistas en las anteriores elecciones, alcanza un pacto para unir a la izquierda republicana. El resultado es el Frente Popular. La victoria azañista en las elecciones del 36, permite al Frente Popular centrarse en sus objetivos principales: eliminar la legislación del gobierno anterior (volviendo a las líneas políticas seguidas en su primer gobierno) y lograr la amnistía de los presos políticos.


Manuel Azaña (1932)
Fuente: Bibliothèque nationale de France

En líneas generales, el Partido Radical se hundió y el poder de la CEDA decrece. Frente a la coalición electoral de las izquierdas, las derechas no pudieron oponer como en 1933 un frente homogéneo, porque la CEDA, en su intento de obtener el poder y evitar el triunfo de la izquierda, se alió en unas circunscripciones con las fuerzas antirepublicanas (monárquicos alfonsinos, carlistas) y en otras con el centro-derecha republicano (radicales, demócrata-liberales, republicanos progresistas), por lo que fue imposible presentar un programa común. Lo que pretendía formar Gil Robles era un "Frente Nacional Antirrevolucionario" o un “Frente de la Contrarrevolución”, basado más en consignas “anti” que en un programa concreto de gobierno.

Las elecciones con la más alta tasa de participación de la República (la CNT no siguió pidiendo la abstención) propician un marco político inestable con el PSOE como partido más votado pero dividido en dos bandos: el radical (de tendencia filocomunista y representado por Largo Caballero) y el moderado (más abierto a colaborar con los republicanos con Indalecio Prieto a la cabeza). Estas divergencias provocarán que el PSOE no sea el que forme gobierno sino el Partido Radical-Socialista que no contaba con el apoyo de la calle.

Azaña, tras su nombramiento como presidente de la República, nombra como presidente del Consejo de Ministros a Santiago Casares Quiroga cuyo débil gobierno no pudo evitar la radicalización de la sociedad entre la derecha (representada por la falange y los requetés) y la izquierda (por anarquistas y comunistas) ni la sublevación militar de julio de 1939, que acabó con la Guerra Civil Española.


Esquema de las principales líneas políticas
seguidas durante la República



La Segunda República,
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