domingo, 16 de marzo de 2014

La Paz Armada: los Sistemas Bismarckianos

En el último cuarto del siglo XIX, desde el fin de la guerra Franco-Prusiana y hasta el inicio de la Primera Guerra Mundial, la política en la Europa capitalista e imperialista se caracterizará por un aumento en la tensión de las relaciones internacionales. La industria bélica se desarrollará debido a los continuos conflictos nacionalistas e imperialistas. Ya sea en defensa propia o por ambición, las naciones se lanzan a una carrera armamentística, sabedoras de que el conflicto estaba próximo. Todo ello derivaría en complejos entramados diplomáticos en los que se establecerían alianzas por las que las naciones estarían en conflicto aunque no estuvieran en guerra.
Si vis pacem, para bellum
(Si quieres la paz, prepara la guerra)

Enlaces relacionados:
Imperialismo y colonialismo.
La Segunda Revolución Industrial y el desarrollo capitalista.
- La unificación alemana y los Balcanes y la Cuestión de Oriente.


 RELACIONES INTERNACIONALES (1870-1914): SISTEMAS BISMARCKIANOS 

A partir de 1871, tras la derrota francesa en la guerra franco-prusiana y la proclamación del Imperio Alemán, el canciller Bismarck se convierte en el árbitro de Europa, y las relaciones internacionales siguen sus directrices. Estas relaciones van a estar presididas por una serie de alianzas diplomáticas y un aumento del armamentismo, sobre todo en los primeros años del siglo XX, que logran evitar la guerra directa entre las potencias durante más de 30 años, larga etapa de paz que los historiadores han llamado la «Paz Armada». Este período suele dividirse en dos fases: una primera; hasta 1890, está presidida por el canciller alemán Bismarck y la creación de un sistema de alianzas que regulan las relaciones internacionales; y una segunda fase, que se inicia en 1890; en la que, al cambiar las alianzas anteriores, se van creando los bloques que se enfrentarán en la Guerra Mundial de 1914.


El canciller alemán Otto von Bismarck, por P. Loescher & Petsch (1871)
Fuente: Wikimedia CommonsBundesarchiv, Bild 183-R68588 / CC-BY-SA 3.0
 

Veamos con más detalle la situación de Europa en 1870:

El predominio de las grandes potencias se mantiene invariable desde 1815: Gran Bretaña, Rusia, Alemania (antes Prusia), Austria-Hungría y Francia protagonizan congresos y conflictos. Gran Bretaña, potencia hegemónica que retiene el control de las vías marítimas y vigila el equilibrio continental, procurando impedir el nacimiento de otra potencia terrestre al estilo de la Francia napoleónica. Rusia, que ha encontrado en los inmensos espacios siberianos un campo de expansión demográfica y económica procura ampliar su salida hacia el mar Negro y los estrechos, objetivo que explica su presencia en la cuestión balcánica. Austria-Hungría, que ha visto cómo se ha producido la unificación alemana sin contar con ella, entiende que su única dirección de engrandecimiento se encuentra en el sur, en los Balcanes. Francia, vencida en la guerra de 1870, trata de no perder su estatuto de gran potencia y se orientará hacia la expansión colonial. Por último, la Alemania imperial goza del prestigio de su victoria de 1870 y aparece como una gran potencia económica y territorial.

Ya fuese para mantener la situación territorial de 1871, o para defender la comparecencia en el reparto de la herencia del imperio turco, o para conquistar posiciones coloniales fuera de Europa, lo cierto es que las grandes potencias se afanaron en incrementar su fuerza militar. La carrera de armamentos se acelera.

Entrevista de Napoleón III y Otto von Bismarck tras la batalla de Sedan de 1870, 
por Wilhelm Camphausen (1878) Fuente: Wikimedia Commons

Desde el punto de vista económico, la mayoría de las naciones europeas, después de una etapa de liberalismo económico, regresan al proteccionismo en las relaciones comerciales. Se establecen tarifas aduaneras protectoras de sus propios productos frente a la competencia extranjera. Sólo Gran Bretaña y Holanda mantienen el librecambismo, es decir, el libre flujo de las mercancías.

Así pues, la situación de 1871 tendría los siguientes rasgos:

  • Existe un deseo de equilibrio y de mantenimiento de la situación territorial del continente europeo.
  • Existe un foco de perturbación en los Balcanes, donde el expansionismo de Rusia y de Austria-Hungría es origen de conflictos.
  • Aunque el objetivo sea la paz, la carrera de armamentos no se detiene y el potencial militar se incrementa de año en año.
  • El conflicto comercial en una coyuntura económica depresiva llevará la resurrección del proteccionismo.

La política europea desde 1870 va a estar marcada por la figura del canciller alemán Bismarck, y las relaciones internacionales van a seguir las directrices señaladas desde Berlín.


Nacionalismos y rivalidades imperiales en la Europa del último cuarto del siglo XIX

La pérdida de Alsacia y Lorena y el pago de indemnizaciones, consecuencias de la derrota francesa en la guerra de 1870, habían creado en ciertos medios franceses un ambiente de revanchismo y desquite frente a Alemania. Uno de los ejes de la política del canciller alemán consistía en sortear el peligro francés, aislando a su enemigo y creando un bloque de alianzas en torno a su imperio. Para ello, encontró en Europa un ambiente favorable ya que, como dice Renouvin, «en todos los estados europeos la cuestión de las relaciones con el Imperio Alemán era la principal preocupación de los gobernantes». Estos objetivos los consiguió con un complicado entramado de pactos y tratados que suelen resumirse en tres sistemas:

 PRIMER SISTEMA BISMARCKIANO: 

Los únicos posibles aliados de Francia eran Austria-Hungría y Rusia ya que sus relaciones con Italia no eran buenas, e Inglaterra llevaba una política aislacionista. Serán, pues, estos países los que Bismarck intente atraerse para formar una alianza, a pesar de sus rivalidades (disputas balcánicas). En 1872, se entrevistan los emperadores de los tres estados: GuiIlermo I de Alemania, Francisco José de Austria-Hungría y el zar Alejandro II de Rusia; y al año siguiente se firman una serie de acuerdos conocidos como el Pacto de los Tres Emperadores. A estos tratados se adhirió Italia en 1874.

Primer sistema bismarckiano: La Europa de 1871-1879

Sin embargo, la escasa solidez del Pacto se demostró pronto. En 1875, se producen dos crisis que acabaron con él. De un lado, el aumento de los efectivos militares franceses en este año ponen en pie de guerra a los alemanes pero el enfrentamiento se evita gracias a la intervención diplomática de Rusia e Inglaterra.

El otro hecho es más grave aún. Una vez más los Balcanes van a oponer a Rusia y Austria-Hungría. Se producen revueltas en Bosnia-Herzegovina y Bulgaria, que son duramente reprimidas por los turcos. Rusia y Austria firman un tratado secreto por el que Bosnia sería para los austríacos, Bulgaria para los rusos. Pero ese mismo año, 1877, Serbia y Montenegro se levantan contra los turcos por su independencia. Rusia, para apoyarlos, ataca y vence a los turcos imponiéndoles el Tratado de San Estéfano, por el que se declara independientes a Serbia y Montenegro, y se crea la Gran Bulgaria, estado autónomo bajo influencia rusa.

Pero Inglaterra y Austria-Hungría no aceptan el tratado y solicitan la revisión del mismo. Bismarck intenta mediar reuniendo el Congreso de Berlín de 1878. Los resultados negativos obtenidos por los rusos en este Congreso, con la reducción de los territorios búlgaros, y el apoyo alemán a Austria, que consigue la administración de Bosnia-Herzegovina, hacen que Rusia abandone el Pacto de los Tres Emperadores y se produzca así la disolución del primer sistema de alianzas.


El congreso de Berlín de 1878, por Anton von Werner (1881)
Fuente: Wikimedia Commons


 SEGUNDO SISTEMA BISMARCKIANO: 

La diplomacia de Bismarck para la formación de un nuevo bloque de aliados se inicia con el pacto de la Dúplice Alianza (Alemania y Austria-Hungría), firmado en 1879. Pronto intentó nuevos contactos con Rusia y, tras la subida al trono del nuevo zar Alejandro III, se firma una vez más el Pacto de los Tres Emperadores. En 1882, el canciller alemán logró completar el sistema con la llamada Triple Alianza, entre Alemania, Italia (que busca apoyo para sus pretensiones en el norte de África) y Austria-Hungría, a los que más tarde se unirá Inglaterra.

Segundo sistema bismarckiano: La Europa de 1879-1887

La estabilidad del sistema dura hasta la aparición de los primeros problemas en 1886-87. Por una parte, aumenta la tensión franco-alemana con la llegada al Ministerio de la Guerra francés del general Boulanger, aunque tras su rápida caída volverá de nuevo a suavizarse. Por otro lado, surge una vez más la crisis en los Balcanes. Bulgaria se separa de la tutela rusa y se acerca a Austria, al tiempo que Serbia entra también en la órbita austríaca. El descontento ruso hacía inviable Ia continuación del Pacto de los Tres Emperadores.


 TERCER SISTEMA BISMARCKIANO: 

Consta de 3 tratados:

  • La Triple Alianza, formada por Alemania, Italia y Austria-Hungría.
  • Los Acuerdos Mediterráneos (1887), firmados por Austria-Hungría, Italia e Inglaterra; y al que se unirá España, comprometiéndose todos a respetar el status quo en el Mediterráneo.
  • El Tratado ultrasecreto de reaseguro o Pacto de Contraseguridad, entre Alemania y Rusia en 1887, por el que ambas partes se comprometen a la neutralidad si son atacados por un tercer país.
Tercer sistema bismarckiano: Europa tras 1887

Con estos tres tratados, Bismarck conseguía el total aislamiento de Francia, impidiendo cualquier posibilidad de revancha. Sin embargo, todos estos acuerdos contaban con grandes deficiencias pues no resolvían los puntos conflictivos y abusaban del carácter secreto. Por ello, a pesar de los buenos oficios de Bismarck cada vez aparecían más problemas que complicaban y ponían en peligro el difícil equilibrio de sus sistemas. La crisis de los mismos podía preverse cercana.

Las desavenencias entre el joven kaiser Guillermo II y el "Canciller de Hierro", Otto von Bismarck, serán clave para la destitución de éste último como canciller. Sin la peculiar personalidad e ingenio político de éste último, los complejos y arduos sistemas de alianzas se vendrán abajo tras veinte años de esfuerzo. La política expansionista y colonialista del nuevo emperador constituirá una nueva fuente de conflictos que llevará la Paz Armada  a su ineludible final: La Gran Guerra de 1914.


Grandes Potencias: Alemania
subido por Francisco Quintana Toret a https://www.youtube.com